El otro día me invitaron a una comida en Córdoba, que bonita ciudad. E iba a conocer a un montón de gente nueva, no sabía que ponerme..., y hala! ni corta ni perezosa, me fui a la tienda de María del Señor, en Montiel, compré un trozo de tela morada, que me encanta, y a cortar y coser... aproveché el patrón de otro vestido que me hice el año pasado y me gustaba mucho con sus bolsillos y todo, y así no tuve que sacar otro distinto.
Le planté mi matrioska favorita, que a estas alturas aún no tenía ninguna yo! Y hala, a Córdoba con vestidete nuevo, y tan mona;)
Queda estupendamente, disimula lo que queremos disimular...jajja
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